Poemas

Poesía en silencio

MAROA, TALLER DE POESÍA

(Poema sin nombre, 1993)

Me haré una piedra
de pirámide azteca
para ser antepasado y
que sobre mí se ofrezca el
sacrificio a lo más divino.

Me haré tal altar,
antiguo y elevado,
para que sobre mí se escurra
la sangre de ese sacrificio de los guerreros.

Y entonces me haré sangre,
también sangre,
y me escurriré con ella
de escalón en escalón
como cascada majestuosa
y bajaré con ella, lentamente,
siendo ella,
hasta la tierra más feroz.

Y entonces me disolveré...
y ahora siendo tierra,
seré camino;
y así sabré la historia
veré los ancianos
las mujeres
veré las lanzas
y veré las armaduras
incontenibles
-que soportaré con odio-
estropeándome la cara.
y siendo camino
me extenderé por América
y te buscaré,
siempre te buscaré
para que sanes mis marcas
-heridas indeseadas-
(que sólo tus pies,
tus incansables pies
que al caminar mi piel
podrán sanarme)

Y reconoceré tal caricia,
seguro que te reconoceré
y entonces me haré tus pies,
también tus pies,
y caminaré contigo
acariciándome mi tierra.
y en tus pasos me sosiego,
me sentiré en paz,
en aquella paz de después de la guerra,
tan sólo después de la guerra,
no antes,
pues antes la paz es un engaño
que no tiene ni muerte

Y entonces me adentraré en ti,
tan sólo si tú quieres,
hasta encontrar tu sangre,
y siendo tu sangre,
también tu sangre,
te recorreré
-ahora por tus caminos-
y conoceré cada lugar                                    piel
cada espacio                                                  soledad
cada habitación                                             amor
cada constelación                                          sueño
del continente.

y te hallaré humana, tan humana,
y te hallaré por eso aún más divina
y podré por fin
irme al corazón,
tu corazón,
y reposarme allí
para quedarme dormido
- con la paz,
con aquella misma paz, no otra que no quiero -
sin querer despertar:
pues que más profundo sueño de
mariposas plateadas revoloteando mi alma
que como en un jardín de sedas
celebran el abandono del capullo.

Y si una pesadilla me agita,
(esa pesadilla al ver que te llevan
los guerreros triunfantes
para ofrecerte a los dioses
con amor y sin piedad)
entonces seré de nuevo
piedra y me dispondré
incansable
al ritual;
este ritual de quererte
buscar
siempre.

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